Una estadía de casi seis años en Mozambique me permitió fotografiar intensamente a ese país al son de mis emociones y sorpresas. A medida que lo conocía y me consustanciaba con su cultura fui siendo cautivada por el modo de ser de su gente, por sus ritos y ceremonias, por el paisaje y sus ciudades, por sus viviendas y texturas. Años después, ya de regreso en Buenos Aires, seleccioné y organicé las fotos que, reunidas, forman el volumen Recordar es vivir.
Una estadía de casi seis años en Mozambique me permitió fotografiar intensamente a ese país al son de mis emociones y sorpresas. A medida que lo conocía y me consustanciaba con su cultura fui siendo cautivada por el modo de ser de su gente, por sus ritos y ceremonias, por el paisaje y sus ciudades, por sus viviendas y texturas. Años después, ya de regreso en Buenos Aires, seleccioné y organicé las fotos que, reunidas, forman el volumen Recordar es vivir.